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Los borregos de Netflix, vuelven a subir precios

Hoy acuñamos un nuevo concepto en el cual, espero que muchos de vosotros os sintáis representados. Y no os lo toméis como ofensa, es simplemente una realidad que, por comodidad económica, por desinterés o por lo que sea, hace que seáis borregos de Netflix ante una situación que es del todo insostenible. Que una empresa consiga aumento en todo lo referente a beneficios empresariales, y que de regalo, te regale una subida… es increíble.


Subida de precios

Netflix ha conseguido récord de suscriptores, récord de ingresos y récord de beneficios, y como regalo a tal hazaña, no se le ocurre otra cosa que subir los precios en España. No están contentos con ganar 2.364 millones en el tercer trimestre (6.843 millones en los nueve meses del año, 3 trimestres), que necesitan demostrar una vez más, que tiene a un ejército de borregos de Netflix. No importa si ofrecen malos contenidos, que estén pagando un precio muy alto por el servicio, todo da igual. Los Netflixianos, es decir, los seguidores de Netflix, siempre estarán allí.


Los nuevos precios

De esta manera, los precios de las nuevas suscripciones son los siguientes: 6,99 euros el plan estándar con anuncios, 13,99 euros el estándar sin anuncios, y 19,99 euros el premium. La subida queda en 1 euro más aproximadamente de media. Posiblemente, alguna mente privilegiada de Netflix piense que subir 1 euro no es gran cosa. Sin embargo, en un país donde el promedio de ingresos apenas llega a los mil euros, la gente está al límite, y no tiene sentido que tenga que pagar cada vez más por un servicio que no responde.


Exposición de la subida

Con el término «borregos de Netflix» me refiero a lo siguiente: el plan intermedio y premium ha subido un euro, mientras que el básico con anuncios ha subido 1,5 euros. ¿Casualidad? Evidentemente no. El tipo de suscripción que más ha subido es el básico, que es donde más gente va. Es de locos lo que está haciendo Netflix, subiendo precios y ofreciendo una programación que es bastante deficiente. El año de Netflix en títulos deja mucho que desear.


Lo más triste

Netflix empezó su andadura en el streaming ofreciendo un producto con tres modalidades: 1 dispositivo por 7,99 euros, 2 dispositivos por 9,99 euros y 4 dispositivos por 11,99 euros. En menos de diez años, han subido el precio 4 y 8 euros respectivamente, aparte de igualar el precio de un dispositivo de antes, a uno de ahora pero con anuncios. Es un disparate. El problema es que, en lugar de haber bajas masivas tras cada subida, la gente sigue allí, y Netflix sigue subiendo.


Netflix ya no es Netflix

En 2015, Netflix triunfó porque ofrecía contenido de diferentes productoras de alta calidad, y por un precio adecuado. Pero las productoras comenzaron a crear sus propias plataformas, y Netflix optó por crear su propio contenido. Sin embargo, los costes de producción, al ser internos, deberían haber hecho que el servicio fuera más barato, pero los borregos de Netflix siguen pagando más por menos.


¿Sois borregos de Netflix?

Seguramente no lo seáis. Sencillamente, no habéis tenido tiempo para analizar la situación o tal vez, a nivel económico, no os importa ajustar gastos. Si es así, felicidades. Pero hay quienes tienen que economizar hasta el último euro, y están creando una plataforma donde no importa cuán desmesuradas sean las subidas, porque no hay bajas, sino estabilidad y beneficios.


Tú a lo tuyo

No busco que la gente se vaya de Netflix masivamente. Cada uno puede hacer lo que quiera. Lo que intento es que la gente tome conciencia de lo que está pasando. Netflix sube precios no por costes de producción, sino por acción y reacción. Así que, si con mi “borregos de Netflix” he conseguido hacerte reflexionar sobre lo que ocurre, ya habré cumplido mi propósito.


Pros y contras

Pros:

  • Netflix sigue siendo una plataforma líder en el mercado.
  • La amplia oferta de contenido sigue siendo atractiva para muchos.
  • Los planes con anuncios ofrecen opciones más económicas.

Contras:

  • Subida constante de precios sin una mejora tangible en la calidad.
  • El contenido ha disminuido en calidad, con producciones propias que no siempre responden.
  • Los suscriptores siguen pagando más, incluso cuando la oferta de otros servicios aumenta.

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