El lío de ING, ¿Qué ha pasado?
Me voy a mojar en un tema, que seguramente, sería mejor pasar por alto. Pero ni quiero ni debo porque me gustan los temas difíciles, y si es a costa de perder lectores por meterme en un jardín…, pues no pasa nada. Creo que es importante explicarse libremente y que luego cada uno coja lo que quiera. El lío de ING me ha llegado al alma, porque me da mucha pena en lo que se están convirtiendo las redes sociales. El vertedero de basura en lo que se están transformando es cada vez más preocupante. TikTok, es la reina de la basura informativa, pero le siguen pisando los talones Twitter (me niego a llamarla X), Facebook y el resto. ¿Qué está pasando?
El lío de ING
Todo viene a raíz de que ING ha decidido retirar la publicidad de los programas Horizonte y Cuarto Milenio, ambos dirigidos por Iker Jiménez. El motivo aparente, ya que en su comunicado se limitan a decir “por la polémica generada los últimos días”, es el conflicto con un reportero o colaborador del programa, que fue captado manchándose la ropa con barro en medio del caos valenciano y declaraciones de Iker diciendo que en el parking habían muchos muertos. Tras esto, la empresa de marketing que gestiona la publicidad para ING y otras marcas, recibió la orden de retirar la inversión en dichos programas.
La respuesta
Incomprensiblemente, a raíz de esto, se desató una marea en redes sociales, con gente iniciando una campaña para cerrar sus cuentas en ING por supuesta censura y silenciar al pueblo. Sinceramente, me parece alucinante que se esté hablando en estos términos. Una empresa privada decide quitar su publicidad de un programa por los motivos que considere convenientes. ¿Qué problema hay? No entiendo qué lleva a (supuestamente) miles de personas a tomar partido en algo que no les afecta directamente. No creo que ING pretenda acabar con el programa ni mucho menos. Es una decisión de imagen.
Manipulación y caos
Las redes sociales hacen magia, y en pocas horas, el caos generado con el movimiento de “cancelar a ING” llegó al punto de mostrar imágenes falseadas sobre la caída (manipulada) de ING. Es cierto que ha habido caídas, como en muchas otras empresas, y también bajas masivas de clientes. Pero de ahí a que miles de usuarios estén pidiendo cancelar sus cuentas…, es cuestionable. La idea de que no se permita cancelarlas, acuñando el término “Corralito”, es otra exageración. Estamos llegando a extremos preocupantes.
La política
Por supuesto, también entra en escena la política. Si estás en contra de Iker Jiménez y apoyas la decisión de ING, eres de izquierdas; si lo apoyas, eres un “facha”. Todo esto es surrealista. Yo, personalmente, ni soy de izquierdas (aunque si tuviera que escoger, me inclinaría más hacia ese lado) ni de derechas. Soy apolítico y estas tonterías me agotan. Si ING decide retirar la publicidad porque no le gusta cómo se peina el presentador o porque parpadea mucho, está en su derecho. Es una locura que alguien quiera tomar partido en decisiones publicitarias.
¿Cerrará ING?
Otra pregunta interesante. Las redes sociales van en modo “acabemos con ING”, pero ING tiene más de 38 millones de clientes en más de 40 países, de los cuales, algo más de 4 millones están en España. Incluso si el 100% de los españoles cerrara sus cuentas, ING seguiría operando sin problemas. Si esta campaña llega al 5% de cancelaciones, ya sería mucho. El ruido en redes sociales está siendo desproporcionado.
El poder de las empresas
Lo que más me preocupa, en caso de que viera televisión (cosa que ya no hago), es el poder de las grandes empresas. No es la primera vez que se retira publicidad por conflictos políticos u otros motivos. Y las cadenas, a veces, cambian el tono de sus programas para ajustarse a los deseos de sus patrocinadores. No creo que este sea el caso de ING, ya que su comunicación ha sido escueta. La retirada parece estar más relacionada con la manipulación del reportero y la percepción de solidaridad con el pueblo valenciano.
Por todo ello…
Esto pasará, y las aguas volverán a su cauce, pero quedan huellas. La sociedad española está cada vez más fraccionada, y la ira que se ve en redes sociales roza lo irracional. Nos tratamos como enemigos y no se puede defender una postura sin ser tachado de algo. Esta sociedad en construcción me da pena, y tengo más claro que, al igual que dejé la televisión porque no me aportaba nada positivo, podría dejar las redes sociales por la misma razón. Facebook ya lo abandoné, Twitter y otras plataformas también. Solo me queda TikTok, que antes me daba ideas, pero ahora es un desfile de contenido vacío y noticias falsas. Esto no pinta nada bien.