Pues así tal cual, sin rodeos, estoy hasta las narices de la TDT. Así he terminado yo con la televisión en nuestro país. Ha ido progresivamente aburriéndome hasta el punto de que, actualmente, no veo ningún programa (solo escucho el deportivo de la noche). Este desgaste, que ha sido paulatino, lo iré contando a lo largo del artículo, pero su punto final tiene mucho que ver con lo que está sucediendo desde que se nos impuso la TDT. Un sistema que nos vendieron como revolucionario y que ha resultado ser un auténtico engaño, llevándonos a una situación insostenible.
Un desgaste progresivo
Si miro hacia atrás, al inicio del siglo…, ¡madre mía cómo he cambiado! Y no hablo solo de lo físico, aunque eso también. Me refiero a lo que nos ocupa hoy: la televisión. Antes, veía de todo y más. Programas de entretenimiento, deportes, noticias… me lo tragaba todo. ¿Cómo he pasado de ver todo a nada? Primero, porque la edad me ha llevado a centrarme en otras cosas, y segundo, porque la televisión ha ido en decadencia hasta niveles insospechados. Los telediarios eran lo último que resistía, pero hasta eso ha caído en decadencia. Además, desde que un filósofo planteó: «¿Para qué ver los telediarios si el 95% de lo que cuentan son malas noticias? Vive tranquilo, que si algo realmente importante pasa, te enterarás por otros medios», dejé incluso de verlos.
Inicios de la TDT
La televisión ha evolucionado junto a la TDT. Ese sistema se nos impuso, aunque pocos recuerdan que en sus inicios ya tuvo un tropiezo enorme. Fue en el año 2000 cuando el gobierno lanzó el concurso público para la licencia de TDT. El único que se presentó fue el Grupo Auna, que obtuvo la licencia sin competencia y empezó a comercializar Quiero TV, con la esperanza de competir con Vía Digital y Canal Satélite Digital. La fiesta de Quiero TV solo duró dos años antes de cerrar, y la única cosa destacable fue el canal 24h de Gran Hermano, que, por supuesto, también veía.
Indignado con la TDT
Si he acabado indignado con la TDT, es porque desde su imposición, todo han sido engaños, malas decisiones y dinero malgastado. Hemos tenido que soportar dos o tres cambios importantes que nos han obligado a invertir para actualizar las cajas de TDT en nuestras viviendas. Si sumamos este gasto al inicial de la instalación de esos aparatos, el desembolso ha sido considerable. Y todo para, a día de hoy, ¿qué? ¿Quién se beneficia realmente de las supuestas ventajas que nos prometieron con la TDT?
Las supuestas ventajas
Nos prometieron que con la TDT tendríamos una mejor calidad de imagen y sonido. Pero eso, a medio plazo, resultó ser un engaño. La mayoría de los canales siguieron emitiendo en SD durante años, y los que lo hacían en HD lo hacían con una resolución inferior a la esperada. Además, se nos vendían televisores HD Ready (720p) y Full HD (1080p) que no aprovechaban las capacidades prometidas. También nos dijeron que tendríamos más canales, lo cual cumplieron, pero con contenido repetido y de baja calidad. La interactividad que se prometía, como la compra desde la TV o acceso a servicios adicionales, jamás llegó o fue un desastre.
Más ventajas
Otra ventaja que nos prometieron fue una mejor experiencia con las guías de programas (EPG), que sustituirían al teletexto clásico. Si bien la experiencia mejoró, fue de manera muy deficiente. Incluso hoy, muchas cadenas no tienen sus guías bien actualizadas, y las que existen son extremadamente básicas. También se nos prometió una cobertura total en todo el país, pero aún hoy las áreas rurales sufren con baja señal o directamente ninguna, y tienen que recurrir a soluciones satelitales.
Conclusión
La TDT nos fue vendida como algo que cambiaría nuestras vidas, pero lo único que ha cambiado son nuestros bolsillos, vaciándose con gastos constantes: televisores nuevos, actualizaciones de cajas de TDT, y todo tipo de ajustes. A día de hoy, mucha gente sigue con televisores viejos que requieren actualizaciones periódicas del receptor de TDT, y con la nueva actualización que se viene para 2025, tendremos que gastar de nuevo. Porque sí, otro apagón nos espera.
¿Qué pasa en 2025?
En 2025 viviremos otro apagón, esta vez para prepararnos para el 4K. Solo dos canales públicos y dos privados (Atresmedia y Mediaset) emitirán en 4K, mientras que el resto seguirán en FullHD. Y de nuevo, tendremos que actualizar los sintonizadores, porque muchos televisores, incluso aquellos que reproducen contenido en 4K, no tienen el sintonizador adecuado. Así que tocará rascarse el bolsillo una vez más.
Conclusión
Como habéis visto, la TDT ha sido un desastre continuo que ha resultado en una televisión convencional que ya no tiene sentido. Todo lo que prometieron, desde mejor calidad de imagen hasta más interactividad, ha quedado en promesas vacías. Mi recomendación: hazte con un box Android TV, instala una app de TDT como TDTChannels y disfruta. Porque, al menos, con eso puedes sortear un sistema tan caótico como el de la TDT.
Pros:
- Acceso a más canales.
- Mejor calidad de imagen en algunos casos.
- Menos susceptibilidad a interferencias en áreas urbanas.
Contras:
- Actualizaciones costosas y frecuentes.
- Cobertura deficiente en zonas rurales.
- Contenido repetitivo y baja calidad en muchos canales.