🔌 El gran apagón: una reflexión necesaria sobre lo que nos pasó

El día del gran apagón en España ya ha pasado a la historia. Durante varias horas, millones de personas se quedaron sin luz, sin teléfono y, lo peor, sin información. Lo que vivió nuestra sociedad en apenas unas horas es un aviso claro de que no estamos preparados. Y no es solo cuestión de tecnología o política. Es una cuestión de comportamiento colectivo.


📁 Desinformados y vulnerables

Lo peor del apagón no fue la falta de electricidad. Fue la sensación de no saber qué estaba ocurriendo. Sin teléfono, sin señal, sin radio, sin acceso a nada. Estábamos completamente desconectados del mundo, y eso generó incertidumbre, rumores y miedo.

La experiencia me recordó a la pandemia. Aunque en mi caso personal aquella etapa fue llevadera, incluso positiva por el silencio y la soledad, ahora he sentido de nuevo esa sensación de «cada uno se salva como puede».


🌀 Reacciones desmedidas

Ver los supermercados arrasados a las pocas horas fue desconcertante. No quedaba pan, ni carne, ni agua. Todo desaparecido como si el fin del mundo hubiese llegado. ¿De verdad era necesario? ¿Para qué acumular carne si no tienes luz para conservarla?

Este comportamiento colectivo, egoísta y descontrolado, demuestra que no solo no estamos preparados técnicamente, sino que tampoco lo estamos a nivel emocional ni cívico. Ante la primera señal de caos, nos volvemos locos.


🌌 Soluciones que no llegan

Mercadona fue uno de los pocos comercios que aguantó gracias a generadores. Esa debería ser la norma, no la excepción. Se debería impulsar el uso de placas solares o generadores comunitarios en edificios, sobre todo en los tejados, que están desaprovechados o mal utilizados.

Tener un mínimo de autonomía eléctrica debería ser un derecho y una prioridad. Para mantener una luz, la nevera o el calentador funcionando unas horas. Porque depender al 100% de redes centrales nos hace vulnerables.


🔒 Control y gestión en tiempos de crisis

Otra de las propuestas que dejo es el uso del DNI electrónico para regular compras en situaciones de emergencia. Que no puedas ir de tienda en tienda arrasando con lo que hay. Un sistema que limite compras excesivas y garantice que todos podamos acceder a lo básico.

Sí, suena distópico. Pero también lo fue el apagón.


🚨 Falta de comunicación oficial

No recibimos ni un solo aviso oficial durante las horas del apagón. Tenemos sistemas de alerta para terremotos o clima extremo, pero nada para un colapso eléctrico nacional. Nadie nos dijo qué pasaba, ni cuándo volvería la luz, ni qué hacer mientras tanto. Y eso, en pleno 2025, es inaceptable.


🫠 Prepararse para lo que vendrá

Esto ha sido un aviso. Y si no aprendemos, el siguiente golpe puede ser peor. Debemos tener radios con dinamo o carga solarsistemas de carga de emergencia, una linterna decente y algo de organización. Porque en seis horas de apagón, lo que demostramos fue que, como sociedad, no aguantamos ni medio día sin perdernos los papeles.

No se trata de vivir con miedo, sino de vivir con conciencia.


🔎 Conclusión personal

Yo, por suerte, lo viví con tranquilidad. Pero sé que muchos lo pasaron realmente mal. Gente atrapada en metros, trenes, caminando durante horas, o negocios familiares que perdieron una jornada entera de trabajo o mercancía valiosa. Esta vez tuvimos suerte. La próxima… quién sabe. Nos toca exigir cambios. Reales. Y empezar por lo más básico: prepararnos para lo inesperado.

Publicaciones Similares