Lamentablemente, tenemos que hablar del teletrabajo desde una perspectiva negativa. Soy de los que apoya esta práctica laboral sobre el modelo convencional, siempre y cuando sea factible. Sin embargo, algunas de las grandes Big Tech como Google y Amazon han manifestado públicamente su intención de regresar a los tiempos anteriores al COVID. Amazon, en particular, ha sido una de las empresas más recientes en expresar su descontento con el teletrabajo, y siendo una compañía tan influyente, es probable que otros sectores sigan su ejemplo.
Ventajas del teletrabajo
Las ventajas del teletrabajo son numerosas. De entrada, el rendimiento laboral tiende a aumentar, a pesar de que este suele ser el argumento más utilizado en su contra. La capacidad de trabajar desde casa elimina el tiempo y el estrés asociados con el transporte diario. Entre levantarte, desayunar y ponerte a trabajar en casa, o perder entre 30 y 60 minutos en llegar a la oficina, es evidente qué opción permite un inicio de jornada más productivo. Además, la organización del tiempo mejora significativamente. Si ya estás en casa, puedes gestionar tareas domésticas sin perder tiempo en el trayecto, lo que hace que el día sea más eficiente.
¿Quién debería optar por el teletrabajo?
Cualquier puesto de trabajo que no requiera presencia física obligatoria debería poder realizarse a través del teletrabajo. El COVID-19 trajo muchos desafíos, pero también nos mostró que es posible ser productivos trabajando desde casa. Aunque algunas empresas puedan argumentar que necesitan contacto presencial, eso se puede gestionar perfectamente a través de videollamadas y herramientas digitales. Las reuniones puntuales o semanales pueden realizarse de manera remota. Además, existen numerosas herramientas tecnológicas que permiten a las empresas monitorear la productividad de sus empleados, eliminando la necesidad de supervisión física.
El estrés urbano
En grandes ciudades, como Barcelona, las horas punta son un caos. El transporte público está saturado y los trayectos pueden ser una auténtica pesadilla. En este contexto, el teletrabajo no solo es una opción más cómoda para el empleado, sino también una solución para reducir la congestión urbana y la contaminación. Si se implementara de manera más generalizada, el teletrabajo podría aliviar la presión sobre los sistemas de transporte y contribuir significativamente a la reducción de emisiones contaminantes.
El impacto medioambiental
Es curioso cómo se nos pide constantemente cuidar el planeta, pero cuando se trata del teletrabajo, que claramente puede reducir el impacto medioambiental, las grandes empresas parecen ignorarlo. El teletrabajo reduce el tráfico, el consumo energético de oficinas y la necesidad de climatización en grandes espacios, lo que debería asociarse directamente con la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, el cinismo parece prevalecer cuando las grandes tecnológicas prefieren minimizar estas ventajas. El teletrabajo no solo debería ser una opción viable, sino una prioridad para muchas empresas.
Conclusión
Amazon argumenta que el teletrabajo dificulta la organización interna de la empresa, pero quizás el problema radica en la falta de inversión en tecnología que facilite una mejor comunicación y gestión de equipos remotos. Las grandes tecnológicas invierten millones en proyectos innecesarios, pero no parecen dispuestas a mejorar las condiciones del teletrabajo para sus empleados. Al final, el teletrabajo debería ser un modelo laboral promovido por su capacidad de mejorar la calidad de vida de los empleados, reducir la contaminación y aumentar la productividad.
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